Escritura Creativa, Viajes

Los mercados de frutas y verduras andaluces


El primero de los 45 días que voy a estar viviendo en Málaga (España) decido hacer las compras de la comida a utilizar en los próximos días para cocinar. Una parte la hago en un supermercado pero la parte de frutas y verduras decido hacerla en uno de los mercados que vi por el barrio donde alquilamos una habitación para dormir por dos semanas.

Los productos allí son baratos y, lo más importante, REALES: los tomates se deforman, las naranjas tienen la piel opaca, las mandarinas conservan el cabo y algunas hojas, y las manzanas lucen despulidas y sin brillo. Me entusisasma la idea de dejar de comer frutas más parecidas al plástico que a lo que cae de los árboles. En Dublin (Irlanda), donde viví los últimos 6 meses, había pocos mercados de este estilo. El único que conocí me enteré que lo van a cerrar en Navidad para siempre. Su dueña no puede sostenerlo por la gran competencia de las cadenas de hipermercados.

Así que cuando llegué a Málaga y descubrí que aquí aún se valoran este tipo de mercados, me puse más que contenta. Mi alegría aumento cuando me topé con frutas que nunca antes había visto como la chirimoya y el kaki o caqui. También compré granada, una fruta que me hace acordar a mi infancia. A mi hermana le encantaba. Luego dejé de verla en las fruterías o dejamos de comprarla, no recuerdo.

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Caqui

Ni bien entré al mercadillo, le comenté a la verdulera mi sensación de que los productos parecían más naturales. Me respondió, con una sonrisa y el pecho inflado de orgullo, en ese tono andaluz característico: – “Pues claro. Es que los mercadillos de frutas y verduras de la zona de Andalucía se caracterizan porque la mayoría de sus productos son locales, autóctonos”. Y me contó que las naranjas vienen de un pueblo de por allá y los tomates son de otro que está más allá. Sólo algunos, como el kiwi, vienen de afuera. O el plátano que lo traen de Canarias.

Le sonreí, pagué y me fui contenta a mi casa. Pensando que es bonito llegar a un lugar donde todavía se le da valor a lo propio, al producto regional, donde aún prima lo local en vez de lo global. ¡Bravo por las verdulerías andaluces!

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Chirimoya

4 Comments

  1. Clara

    Muy bueno, me encanto!. Me surge un pensamiento similar cuando voy a los supermercados. La fruta y verdura buscan parecerse a la perfección. Por qué el consumidor así lo elige. Pero conociendo todos la naturaleza, sabemos que justamente en ella no existe la perfección. Entonces ahí es cuando pienso, tratamos de hacer con la fruta y verdura lo mismo que con nosotros mismos…

    1. Julieta

      Super interesante lo que planteas Clari… Me da un disparador para otra nota… 😉

  2. Celina

    Es real lo que explicas , las frutas parecen de plástico y los tomates sin sabor ! Por eso hay una vuelta a tener en un rincón del patio o simplemente en maceteros pequeñas huertas . Las opciones son varias , así es que , en una composición de arbustos y herbáceas plantan un limonero o en un cantero con flores encontramos plantines de tomates o en una rocalla un sector con aromáticas y cherrys ……..Continúa disfrutando los mercados Malagueños !!!!!

    1. Julieta

      Si Celi, totalmente! Hay que volver a la huerta propia y al autoabastecimiento =)

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